Después de un comienzo en el que creo que Daniele Orsato debió amonestar al “10” de México (Alexis Vega por un golpe sobre el rostro de Gonzalo Montiel) el árbitro ajustó bastante la conducción y el control del juego. Tuvo una tarea bastante eficaz, llevó el juego cortito, ignoró las ventajas.
A diferencia del partido ante Arabia Saudita, esta vez no hubo jugadas que den lugar a la polémica, de hecho las infracciones que se producían eran bien sancionadas, creo que tuvo un partido muy bueno y bastante controlado, siendo muy eficaz.
Por la presión de México le faltó movilidad a la selección, eso llevó a que los jugadores de Argentina estén un poco imprecisos, pero todo cambió con el ingreso de un volante más ofensivo, por uno de contención.
El ingreso de Enzo Fernández por Guido Rodríguez el juego se hizo más dinámico. También ayudó mucho la movilidad de Julián Álvarez en el ataque, porque Lautaro Martínez estuvo bastante errático.
El gol de Lionel Messi cambió todo, de hecho a partir de ese momento la selección le dio la pelota a México. En un momento con el 1-0 me preocupé porque veía jugadores cansados, pero ya después del segundo gol (Fernández) el equipo se recuperó anímicamente y los jugadores dejaron hasta la última gota de sudor dentro del campo, se los vio correr a todos, se entregaron físicamente hasta el pitazo final. Fue buen triunfo con un buen arbitraje.